Seminarios Clínicos

Reseña Apertura del Seminario Clínico 2009 – Primer Clase

Docente: Silvia Szwarc  

Tuvo lugar el viernes 3 de Abril, ante una numerosa concurrencia, en la sede de la Biblioteca Municipal Dr. J. Menéndez, donde también funciona la Biblioteca de psicoanálisis,

A cargo de la Directora y docente del CID Pergamino, Silvia Szwarc .

La misma dio comienzo con unas breves y cálidas palabras de presentación de las actividades del año y bienvenida a los nuevos colegas, a cargo de la responsable local Griselda Enrico.

Inicia la exposición Silvia destacando oportuno haber desplegado para esta oportunidad una amplia bibliografía, definiendo como “refrescante” la lectura que hace Oscar Masotta de Freud y de la obra de Lacan, definiendo al mismo como un “estudioso” de la Filosofía, de los movimientos vanguardistas de los 60. Destaca aspectos de su historia que fueron marcando su acercamiento y posterior tránsito y transmisión del Psicoanálisis lacaniano. Destacando que, en esta transmisión la particularidad de Masotta “fue despertar un entusiasmo”, del mismo modo que la dimensión del “encuentro”, que provoco en todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y formarse con él.

La aparición de Masotta en nuestro país tuvo consecuencias de una dimensión inimaginable, gestándose grupos de estudios en los que llegaron a participar 300 personas, que abordaban el psicoanálisis por fuera de lo instituido por la APA. El programa instituido por éste, señala que, se rige según “el orden de las razones”, es decir articulado por una lógica interna que implica la vertebración de un concepto que solo vale en el conjunto de teorías que quiere vertebrar, relanzando al trabajo continuamente, trabajo que no es sin efectos. Tal como los generados por Masotta en cada lugar por donde se registra su paso, introduciendo al psicoanálisis bajo términos sencillos, sin banalizar por ello las ideas.

Posteriormente Silvia destaca que es necesario volver a Freud construyendo una referencia de base que permita una carretera de ida y vuelta, ello sin destruir los fundamentos de la teoría psicoanalítica misma.

El psicoanálisis emerge y se construye allí donde hay una disyunción entre sexualidad y saber. Masotta nos dice que la gente enferma porque hay algo enigmático en el sexo. Hay algo que exige e insiste ser reconocido. Hay inconsciente porque no hay saber. El sujeto no sabe sobre aquello que esta en el origen de los síntomas que soporta, porque nada quiere saber sobre que no hay saber sobre ello. Solo hay que saber arreglárselas con esto.

La pulsión, nos dice, no tiene objeto, teniendo sí la plasticidad de sustituir permanentemente.

Continua desarrollando que en el sujeto humano hay contingencia absoluta y falta de objeto, a diferencia del animal, donde hay instinto, un saber sobre lo sexual. En realidad hay un no querer saber sobre ese no saber de lo sexual. Ahí el inconsciente.

Desarrolla a partir de aquí el estatuto del trauma para Freud, quien ubica un acontecimiento traumático frente al cual el inconsciente no sería sino una defensa primaria a toda represión, y que determinará la elección de la neurosis. Desarrollando aquí cada una de ellas.

El trauma continúa, es algo respecto a lo que no tiene ninguna inscripción. Frente a la irrupción brusca de esa satisfacción que genera un malestar el sujeto arma algo: una fantasía, un síntoma, una fobia, etc. Ante esta emergencia de goce el sujeto queda dividido, en tanto aparece algo que no tiene como abordar.

Posteriormente Silvia trabaja cómo se conjuga el goce sexual y el goce

Autoerótico. Nos dice que lo traumático es lo forcluido en el goce sexual, en tanto no hay significante que lo simbolice. Cuando el sujeto se encuentra con el goce pierde sus coordenadas.

El deseo de saber se genera justo en este mismo punto de encuentro con el goce sexual. Y aquí lo paradojal, aparece el deseo de saber justo en el mismo punto donde el sujeto nada quiere saber de eso. Justo en e l punto donde no hay saber y nada se quiere saber.

Recorre posteriormente, tas la puntuación de textos freudianos por la colega Laura Darder, cómo el final de la enseñanza de Lacan será la antitesis de su comienzo, en tanto el último Lacan nos habla no de un saber, de una verdad en la que el sujeto se descubre, sino nos plantea que lo que esta en juego en realidad no es esta verdad sino el goce.

Para concluir es dable destacar el trabajo de Intertextualidad logrado por la docente a lo largo de su recorrido, yendo y viniendo e interconectando y diferenciando los recorridos de Freud y Lacan bajo una modalidad clara, transmisible y fundamentalmente “causando” permanentemente a los oyentes.


María Laura Melo