Época, violencia y ley

"Época violencia y ley" fue el título con el que convocó el Colegio de Psicólogos de Pergamino a una Jornada interdisciplinaria de trabajo el sábado 18 de junio de 2005.

Con una importantísima convocatoria por la problemática a trabajar y declarado de interés Municipal, el Instituto Oscar Masotta participó del panel central con una conferencia a cargo de Eduardo Benito, titulada “Del Padre al Burócrata”, además de presentaciones locales y regionales en las mesas de trabajo realizadas por la tarde.

 

Entrevista realizada en esa ocasión por Nunce de Font.

 

Nunce: Como psicoanalista ¿qué lectura podés hacer de la época respecto al tema?

E. Benito : No es tan sencillo hablar de “la época” en tanto analista. Sin duda todo el mundo se ve empujado a hacerlo, es que el malestar sale por los poros. Pero, responder como analista en términos de “época” significa haber resuelto el debate de fondo entre Estructura e Historia, cosa que a mi gusto Lacan lo logra claramente recién a la altura del Seminario 17 y ello sin apelar a ninguna conceptualización “extrapsicoanalítica” a ningún sociopsicoanálisis, etc.

La herencia freudiana lleva a pensar que hay una estructura, la del Edipo, que como tal, no está afectada por el paso del tiempo y que además se adjudica a toda la humanidad. Allí donde hay cultura hay Edipo, lo que da a la idea, un alcance antropológico indubitable. Muy distinto es decir, siguiendo a Lacan, que el Edipo y su correspondiente clínica, es reductible a uno sólo de los discursos, el del Amo para más datos. Y que, segunda consideración, no es que el mismo haya existido ni vaya a existir, por siempre, como se puede ver.

 

Nunce: En tu conferencia remarcaste la importancia que tuvo el discurso del amo

E. Benito : Es cierto, la importancia del tal discurso radica en que por muchísimos años mantuvo una saludable articulación de la ley y el deseo. Pero tal anudamiento no es por ningún mecanismo automático, no está garantizado en ninguna estructura con una regularidad en la que se pudiera descansar. Al contrario exige que alguien asuma el acto de su constitución. Lo cual implica que sea por deseo, pues no alcanza con la letra muerta de la ley escrita.

 

Nunce: Sí, pero justamente ese es precisamente el discurso que ha entrado en decadencia

E. Benito : Es cierto, el tema esta sugerido en el título de mi charla. La sustitución del padre, por un burócrata que actúa según el reglamento, ó el consejo de un médico ó de un psicólogo, ó de quien fuere que le permite hacerlo en nombre de un saber, no de su deseo. Es que se ha combatido, no sin segundas intenciones, el acto que constituye a alguien como padre en nombre del carácter inconsulto del mismo. Intentándolo degradar como si se tratara de un capricho cuando no de un accionar “dictatorial”. Creo que la historia de nuestro país ha favorecido ésta confusión. Es que un “No” sin fundamento salvo por un deseo, en nada implica alguna oscura satisfacción de quien lo ejerce, sino que también le cae a él mismo, pues un padre debe renunciar al placer de ser amigo de su hijo.

 

Nunce: En definitiva, el deseo no se opone a la ley

E. Benito : Es que ése es el mérito perdido. Es la ley la que nos constituye como deseantes, pues lo prohibido se vuelve objeto de deseo ya que el deseo no es natural ni esta garantizado que se anude a una falta sino es por mediación paterna. Otro tanto ocurre con el amor. Hace falta un hueco, un vacío para alojar lo que sino sería una angustia ilimitada. Cosa que se advierte crecer a diario.

 

Nunce: Esto es lo que se ha dado en llamar la declinación del Nombre del Padre?

E. Benito : Exacto. La llamada declinación del Nombre del Padre, ó la decadencia de su función, no es otra cosa que la desaparición a pasos agigantados del discurso del Amo. Con la consecuente aparición de los síntomas que, más que nuevos, antecedieron a su constitución, es decir, síntomas fuera de discurso, que hacen tan dificultosa la clínica actual, o mejor dicho que anulan la eficacia del abordaje tradicional freudiano.

 

Nunce : ¿Cómo explicarías lo que vino en su reemplazo?

E. Benito : Lacan lo llama Amo Moderno, incluso habla de “la tiranía del saber”, es decir el burócrata manda en nombre de un saber, no del saber de su inconsciente, de un saber ancestral. Es el discurso Universitario, el que hay que ponderar como el que sustituyó al del Amo, no ya la sustitución de un Amo por otro a la manera antigua. Estamos ante algo nuevo, un verdadero cuarto de vuelta , un cambio de discurso, que no posee hasta aquí dialéctica alguna, sino que más bien tiende a expandirse ilimitadamente con consecuencias, a no dudarlo, inquietantes.

 

Nunce: ¿Cuál es el precio de este cambio, si lo hay?

E. Benito : Y, el precio mayor, sin dudas, lo paga el sujeto. ¿Cómo? Con su “piel” dice Lacan. El precio es un “todos objetos de valor”, Es que en tal discurso el partenaire del saber técnico es un objeto, no un sujeto, es decir un robot comercializable según sus títulos mientras el sujeto que ocupa el lugar del deshecho no hará sino reproducirse ilimitadamente como tal. Es esa, por ejemplo, la localización de nuevas formas de violencia, fuera de los “códigos” de antaño. Esto en criollo quiere decir que el síntoma, no podrá sino ser compulsivo, pura repetición mortífera. No solo se roba, también se mutila y luego se mata.

 

Nunce : ¿Qué abarca lo que denominás expansión ilimitada?

E. Benito : Es que el discurso universitario no se restringe a los claustros universitarios sino que como tal se extiende a todos los ámbitos. Yo lo ejemplifiqué, en la charla al Colegio de Psicólogos, con el destino de un capataz de estancia que termina melancolizado al ser sustituido por un técnico agrónomo. Pero lo grave es que tal discurso, también entró en la crianza de los humanos. No sólo incide en todas las instituciones educativas clásicas, lejos ya de representar el “segundo hogar” de otras épocas, no otra cosa que un segundo padre, sino que el mismo ha sustituido al padre y la madre, que no deciden nada sino asesorados por “expertos” con sus recetas “profesionales”.

Prácticamente, hoy en día, no hay tema, ni nada ni nadie que escape a su injerencia. Por supuesto tampoco podía escapar el tema de la llamada “violencia” en las sociedades contemporáneas. Lo cual roza lo cómico, pues también allí aparecen “expertos” que no hacen sino reproducir, inevitablemente, más allá de sus buenas intensiones, las condiciones del discurso mismo.

 

Nunce: Entonces, qué hacer?

E. Benito : Hay sin duda una gran responsabilidad a compartir, sobre todo a los emplazados en la universidad, pedagogos, instituciones educativas, que pueden ó bien negar toda subjetividad en sus alumnos ó que contribuyan a resistir de alguna forma a la propagación ilimitada del discurso en cuestión.

 

Nunce: Desde el psicoanálisis hay también quienes plantean cambiar las cosas desde adentro del discurso universitario, en un sentido amplio.

E. Benito : En mi opinión no hay chance alguna sino se sale de tal discurso como para restablecer alguna forma de límite.

 

Nunce: Sin embargo, no parece muy posible a esta altura restituir el Nombre del Padre.

E. Benito : Estoy de acuerdo, no se trata tampoco de soñar con restablecer el Nombre del Padre, en breve cuasi pieza de museo, sino de un desafío ético, bien de la época, que intente una conexión con el saber inconsciente, con lo que cada cual “no sabe que sabe” del deseo, del goce y del amor, y que no se puede encontrar en ningún libro de texto.