Cuando Oscar Masotta fue Roberto Arlt

Me atrevo a escribir este título no solo para intentar que el posible lector comience a leer, sino para transmitir quien fue Masotta, no pretendo dar una versión acabada, sería imposible, sino recortar una pequeña arista de su vida. El atrevimiento que dirige mi empresa no es tal si tomamos como referencia el texto de Masotta: “Roberto Arlt, yo mismo” que se puede encontrar en su libro “Sexo y traición en Roberto Arlt” en la edición de Centro Editor de America Latina (1982).

La primera edición del libro es de 1959 pero en 1965 se publica nuevamente y el editor invita a Masotta a presentar su libro, allí surge el texto al que hago mención. Es entonces cuando se pregunta quien era cuando escribió el libro, siendo en esa época un apasionado de Sartre, pero casi a modo de confesión dice que pensando sobre Arlt descubrió el sentido de sus conductas, que habían estado determinadas por su origen social. “¿El mensaje de Arlt?. Bien, y exactamente: que en el hombre de clase media hay un delator en potencia.”(*)

“Por un lado la sociedad nos enseña y por otro lado estamos llamados, solicitados, constreñidos, todo a la vez, a resolver cuestiones que el medio social nos plantea”. Estas cuestiones sobre lo que ha sido “sellado” , se resuelven por la enfermedad mental en tanto “puesta en práctica de la máxima exigencia de lógica y razón”. Lógica que más que pensada “sé piensa”.

Si por un lado la forma de sellar de la sociedad no deja de hacernos resonar lo que entendemos como gran Otro. Por otro lado el relato de la experiencia de lo que él llama “su enfermedad” da cuenta de sus búsquedas.

“…Mi padre había muerto y yo había “hecho” una enfermedad, en “ocasión” de esa muerte… Tuve entonces que buscarme un psicoanalista.”

“La enfermedad había puesto al descubierto la ligazón con mi padre y la ligazón de esa ligazón con el dinero”.

“Me parecía más a un personaje de Arlt que a mi mismo. O a mi mismo más que a ninguna otra cosa.¿Pero quien era yo?”.

Más adelante dice: “No estoy contando anécdotas. Sino mejor, contando algunas coordenadas reales de una situación concreta, la mía”

“En lo que se refiere al Saber: en estos años he “descubierto” a Lévi-Strauss, la lingüística estructural, a Jacques Lacan. Pienso que hay en estos autores una veta para plantear la filosofía marxista. Lo que significa que ya no estoy tan seguro sobre la utilidad de las posiciones filosóficas, teóricas, sartreanas como lo estaba hace ocho años atrás….A la alternativa: o conciencia o estructura?, hay que contestar, pienso, optando por la estructura”.

En el mismo texto presenta el comienzo de su autobiografía: Dos ensayistas franceses le marcaron el camino: Maurice Blanchot y Michel Leyris con su libro: “La edad del hombre”. “Aprendí de él que para defenderse de la gratuidad del acto de escribir había que escribir sobre temas que lo pusieran a uno en situación de peligro, que lo descolocar ante los demás…Escribir sobre uno mismo. Para desnudarse y para confesarse”

La experiencia de la escritura se transformó en su encuentro con lo siniestro, “quería ser escritor y cuando intentaba hacerlo encontraba que no conocía el nombre de las cosas”.

En la última parte del texto Masotta describe y juzga una foto de su juventud nuevamente surge la relación con el padre y el dinero, como se vestía el padre “con él gusto mediocre del bancario” y como se viste él según “los principios del dandismo a la inglesa”.

Masotta descubre el sello social a través de Arlt, pero en su narración autobiográfica se vuelve su propio delator, no sin pasar de alguna manera por el padre.

Su búsqueda lo llevó de Sartre a Lacan, de la crítica literaria de la obra de Arlt a su autobiografía. Recorridos que delatan un estilo.

 

Laura Darder

* lo escrito entre comillas corresponden a transcripciones textuales del artículo “Roberto Arlt, yo mismo” de Oscar Masotta.