Seminarios Clínicos
Reseña Seminario Clínico 2009 – Cuarta Clase
Docente: Diana Dukelsky
En esta ocasión, viernes 3 de julio, el CID Pergamino llevó adelante la 4ta clase del Seminario y lo ha hecho en el marco de un pánico generalizado a la gripe A, donde la situación objetiva se enlazaba a fantasmas colectivos y en donde hasta la tos y el estornudo del semejante se tornaban amenazantes.
Nos ha visitado la docente Diana Dukelsky, quién manifestó respecto de la realización de la clase, que no hubo lugar a posición vacilante tras la comunicación telefónica con Susana Besson, quién por otro lado invitó a hacer uso de su consultorio como lugar de encuentro.
La docente inicia la exposición haciendo referencia al tema convocante: El fetichismo y la Spaltung , donde lo central resulta ser la división del sujeto.
Se define al fetiche como una de las formas de resolución a la división del yo.
Para trabajar lo que considera central de este tema del programa, la vuelta sobre la división del sujeto y su formalización en el grafo del deseo, la docente se va apoyar en el texto de Miller “Los paradigmas del goce”. Allí Miller ubica el Paradigma 1: la imaginarización del goce, el 2 la significantización del goce y el 3 la ética del psicoanálisis y el goce como transgresión. Al texto “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconciente freudiano”(1960) lo ubica entre el segundo y el tercer paradigma.
Señala luego que en este artículo Lacan trabaja el tema de la libido. La libido en su articulación con el deseo y la libido como fijación de goce que impide la dialéctica del deseo. Divide a la libido en dos categorías pulsión y deseo.
La docente realiza un recorrido por distintos textos de Freud para sondear el tema. Aparecen así “El fetichismo” (1927), “La escisión del yo en el proceso de defensa” y “El aparato psíquico y el mundo exterior”. Diferencia el concepto de fetichismo en Marx del fetiche psicoanalítico en tanto algo que tapona frente a una hiancia.
Señala que en “El aparato psíquico y el mundo exterior” Freud habla de escisión psíquica, ya no de escisión del yo. Una parte que tiene en cuenta la realidad y la otra que aparta al yo de la realidad bajo el grupo de las pulsiones. La docente considera que esto es lo más cercano a todo el desarrollo que va a hacer Lacan acerca de la división del sujeto. Freud en este texto también aporta que esta escisión es inherente a neurosis y psicosis. Fetichismo es transestructura. No define una estructura. El fetichismo se observa en el sexo masculino que no acepta la falta de pene en la mujer. Ubica al fetiche como una transacción, es la afirmación y la negación del pene en la mujer. Coexisten y esto es la escisión del yo. Esta escisión puede no dar como resultado el fetiche, lo generaliza, el yo jamás es plenamente exitoso en dominar las pulsiones o la realidad. Siempre surgirán dos actitudes antagónicas.
Continúa y señala que en “La dirección de la cura” Lacan trabaja la Spaltung , “la división del sujeto por no ser sujeto sino en cuánto que habla dice otra cosa que lo que quería decir”. Por el solo hecho de ser sujetos del lenguaje estamos divididos. Señala también que en “La significación del falo” (1958) hay varias referencias.
Hasta aquí presenta cuestiones que considera pertinentes para encabezar el desarrollo de la temática convocante.
Recomienda bibliografías de Miller respecto a esta temática, “La experiencia de lo real”, “Structure” y la clase 17 del seminario del 13 de mayo.
El rodeo por los diferentes artículos posibilita introducir el texto propiamente dicho: “Subversión del sujeto…”. En el mismo Lacan debate la relación sujeto – objeto, donde el sujeto refleja al objeto. Subvierte esto, por eso es subversión del sujeto, del sujeto cartesiano. No hay un sujeto Uno, los seres parlantes somos sujetos atravesados por el lenguaje. Esto es lo que Lacan va a intentar explicar.
Las barreras que impiden el acceso al goce son las del lenguaje, dado que el goce está prohibido a quien habla y no puede decirse sino entre líneas.
Ahora bien, se introduce una hiancia entre el sujeto que habla y el sujeto del inconciente. Este último no sabe que habla, queda oculto tras un significante. No se muestra por el decir sino por su falla. Es por eso que no se lo puede designar a nivel del enunciado. Lacan lo designa a partir de una ubicación orgánica: “ De donde el concepto de la pulsión donde se le designa por una ubicación orgánica, oral, anal, etc., que satisface esa exigencia de estar tanto más lejos del hablar cuánto más habla”.
Para concluir cabe destacar que en su recorrido la docente ha tejido redes por diversos artículos ofreciéndonos un saber hacer en la intertextualidad.
María Eugenia Defacio